lunes, 31 de enero de 2011

El plano secuencia: el cine sin corte

Expiación de Joe Wright


Elephant de Gus Van Sant



Además de ser generalmente un ejercicio de alta precisión y a veces una hazaña técnica, el plano secuencia es una herramienta que puede lograr efectos visuales y narrativos impresionantes.


El arte cinematográfico, tal como lo conocemos, se basa en gran parte en el montaje, es decir, en el arte de escoger y juntar varios planos que forman secuencias, las cuales se ordenan para constituir un filme. Sin embargo, las primeras películas de los hermanos Lumière no tienen ningún corte: son lo que hoy llamamos planos secuencia, que pueden durar de 10 segundos hasta dos horas.

Algunos años después de la invención del cinematógrafo, los cortometrajes de Georges Méliès fueron los primeros donde aparecieron cortes, los cuales no fueron hechos en la edición sino directamente con la cámara. Así fue como se crearon los primeros efectos especiales de la historia del cine, haciendo por ejemplo desaparecer personajes de la pantalla. Al final de los años veinte, la mayoría de las teorías y practicas de edición que usamos hoy en día ya se habían inventados gracias a los aportes de D.W. Griffith en los Estados Unidos y de Kuleshov, Pudovkin y Eisenstein en Rusia.

Si la edición permite un sinfín de posibilidades en la narración, el plano secuencia ofrece también muchas posibilidades. Al principio de una película, sirve para plantear el universo donde se van a mover los personajes. Un ejemplo mítico es el plano que abre Sed de mal de Orson Welles. Asimismo, el plano secuencia al principio de Boogie nights nos presenta de manera embriagadora el universo disco de los setenta así como los principales personajes de la película.

El plano secuencia en movimiento ofrece también la facultad de involucrar más al espectador en la historia, ya que éste se vuelve un personaje del filme que acompaña a los personajes. Los planos secuencias de Gus Van Sant en Elephant transforman al espectador en testigo privilegiado de la masacre en la preparatoria de Columbine.

El director francés Michel Gondry se ha vuelto experto en el uso de planos secuencias en traveling, sobretodo en sus videos musicales para artistas como Radiohead, Massive Attack, The White Stripes o Kylie Minogue. Asociando estos planos con efectos visuales, Gondry supo crear una estética muy personal que podemos observar en la hermosa cinta Eterno resplandor de una mente sin recuerdos.

Asimismo, el plano secuencia permite describir una acción en tiempo real. Time code de Mike Figgis es una película grabada en tiempo real por cuatro cámaras que siguen a varios personajes cuyas trayectorias se entrecruzan. La pantalla esta divida en cuatro y el espectador puede seguir lo que esta ocurriendo en cuatro lugares distintos mientras se escucha el sonido de una u otra de las escenas.

La tecnología digital actual permite cosas con las cuales soñaban los directores de antaño, principalmente contar con una cámara ligera que pudiera manipularse con facilidad y tener un soporte que permita grabar horas sin tener que parar para cambiar el rollo cada 10 minutos. En el 2000, El arca rusa de Aleksandr Sokúrov fue grabada en una sola toma de 90 minutos adentro del Museo del Hermitage de San Petersburgo. Este ejercicio se aparenta a la coreografía de un ballet, donde cada movimiento de cámara y de actores tiene que ser milimetrado y cronometrado para que la obra fluya. Estas tomas necesitan generalmente muchos ensayos. En este caso, 22 asistentes de dirección apoyaron al director ruso durante varios meses para dirigir a los 800 actores y a las tres orquestras.

En 1948, Alfred Hitchcock había ya realizado la primera película aparentemente compuesta de un sólo plano. En La soga, para disimular el cambio de rollo, la cámara pasaba por un lugar oscuro cada diez minutos, manteniendo así la impresión de continuidad. Sin embargo, la mayoría de las películas contienen cientos de planos, a veces hasta más de mil, sobre todo en las cintas de acción o de suspenso hollywoodenses. La adaptación de Stephen King de The mist tiene mil 292 planos, lo que significa un cambio de plano cada 5.4 segundos.

El plano secuencia también puede ser fijo. El arte experimental ha utilizado este recurso para producir unas rarezas como las famosas anti-películas de Andy Warhol: Sleep, donde el artista pop grabó a su amante durmiendo durante cinco horas, y Empire, plano fijo del Empire State Building de noche, que dura nada menos que ocho horas. El aburrimiento y la dificultad para visionar la obra eran parte de la experiencia, por lo tanto Warhol nunca aceptó que se proyectara una versión corta de la obra.

Asimismo, el director sueco Roy Andersson recurre mucho a este medio para mover a sus personajes en universos inmóviles, como si fueran parte de un cuadro. Su película surrealista Canciones desde el segundo piso del 2000 es compuesta de unos cuarenta planos fijos que le brindan un ritmo y una estética inimitables.

La inmensa mayoría de los espectadores no se dan cuenta del tipo de planos utilizados cuando están viendo una película y qué bueno, ya que si fuera el caso, la magia del cine dejaría de funcionar. Sin embargo, ojos de cineasta pueden detectar la presencia de un plano secuencia bien logrado. Recientemente, dos películas hermosas nos ofrecieron planos secuencias que seguramente quedarán en la historia.

En Expiación del británico Joe Wright, la cámara sigue a James McAvoy en soldado inglés que está esperando su evacuación en la playa de Dunkerque. La verosimilitud, los movimientos de cámara y la presencia de 2 mil extras dan a esta escena una profundidad pocas veces vista. De igual forma, en la película argentina ganadora del Oscar a la mejor película extranjera en 2010, El secreto de sus ojos, la post producción permitió juntar tres planos (uno desde un helicóptero, otro con una grúa y el ultimo con cámara al hombro) en un plano secuencia memorable, situado en un estadio de fútbol.

Algunos planos secuencias entraron en la leyenda del cine, generalmente por su impacto visual y su virtuosismo. Representan uno de los recursos narrativos más expresivos y plásticos que hay en el lenguaje cinematográfico y no es coincidencia si los mejores directores del séptimo arte (Welles, Scorcese, Antonioni, Kubrick, Kiarostami o Tarkovsky, entre otros) lo han empleado de maneras tan diversas.

Publicado en Letras de Cambio el 16 de enero 2011

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