martes, 25 de enero de 2011

El cine en el cine: la cámara espejo


Brigitte Bardot y Michel Piccoli en El desprecio



Ocho y medio


Desde la invencion del cinematógrafo, algunas películas han retratado el mundo del cine para alimentar su propia leyenda o para ofrecer una reflexión crítica sobre el medio de la producción cinematográfica.


En los primeros años del séptimo arte, el cine empezó a mirarse en el espejo. A partir de 1910, películas cortas burlescas mostraban ya las dificultades y peripecias para hacer una película. El cine mudo ofrecía una visión muy optimista, como el sueño hollywoodense retratado en Espejismos de King Vidor en 1928, donde una mujer joven logra volverse estrella de cine.

A partir de los años 30, la mirada se vuelve más crítica. En 1932, Hollywood al desnudo retrata la ascensión de una camarera a la cumbre de la fama mientras observamos a un director de cine caer cada vez más en su alcoholismo y en sus desilusiones. En Cautivos del mal de Vicente Minelli, Kirk Douglas interpreta a un productor tiránico y manipulador que sacrifica todos sus principios por el cine. Esta cinta de 1952 denuncia la crueldad de un mundo basado en el dinero y la apariencia. El mismo año se estrena Cantando bajo la lluvia, el famoso musical que refleja la dificultad de la reconversión de los actores del cine mudo al cine hablado.

En los años 60, la Nueva Ola francesa, compuesta de cineastas que eran antes que todo críticos de cine, ofreció una reflexión moderna sobre el tema. Truffaut dirigió La noche americana en la cual actuó también en el papel de un director que trata de mantener en pie un rodaje caótico. Se llama “noche americana” al procedimiento que permite grabar de día y fingir que es de noche gracias a algunos filtros puestos en la cámara, y el título de la cinta delata la falsedad de un mundo basado en semblantes y caprichos de estrellas egocéntricas. Esta película es a la vez un canto de amor al cine y una crítica hacia la superficialidad de este medio. Se considera también un manifiesto de la Nouvelle vague en el sentido que anuncia el fin de las películas grabadas en estudios y el principio de un cine grabado en las calles, más cercano a la gente, en sus técnicas y en sus discursos.

El otro maestro de la Nueva Ola, Jean-Luc Godard, dirigió la cinta El desprecio, una reflexión sobre las dificultades del artista en el mundo moderno al mismo tiempo que la crónica de la destrucción de una pareja. Un productor encarga a Fritz Lang, quien interpreta su propio papel, dirigir una adaptación de la Odisea de Homero; descontento con el guión, el productor encarga a un escritor (Michel Piccoli) reescribirlo. Este último está casado con la joven Camille (Brigitte Bardot) y la historia de los dos protagonistas se va a entrecruzar con la de Penélope y Ulises. El director de Sin aliento celebra en esta cinta su amor por el cine de una manera simbólica que se acerca a lo sublime.

Aunque algunos ven en Ocho y medio de Fellini una obra autobiográfica casi narcisista, no podemos negar que esta obra entró en la leyenda del séptimo arte. Marcello Mastroianni es Guido Anselmi, un director que tiene que lidiar con una profunda crisis creativa, al igual que Fellini, quien encontrará en sus recuerdos y fantasías la solución ultima para resolver su crisis existencial y poder ofrecer al espectador una obra única, profunda y mágica.

Los hermanos Coen, quienes estaban sufriendo del bloqueo del escritor al igual que Fellini para Ocho y medio, escribieron Barton Fink en tres semanas mientras tenían dificultades para acabar el guión de su siguiente película, Miller’s Crossing. Los hermanos se llevaron nada menos que la Palma de Oro en Cannes con esta película que evoca la falta de inspiración de un exitoso escritor de teatro neoyorquino que llega a Hollywood en los años 40 para escribir un guión sobre la lucha libre.

En las últimas décadas, varios directores expresaron su amor al cine a través de sus películas: Giuseppe Tornatore en Cinema Paradisio, Pedro Almodóvar en Todo sobre mi madre y Los abrazos rotos. Tim Burton dirigió a Johnny Depp en Ed Wood, biografía del que se considera el peor director de la historia del cine, pero a pesar de la evidente falta de talento del director de películas de serie Z, Burton rinde un homenaje a su pasión por el cine, su entusiasmo y su perseverancia.

En La rosa púrpura del Cairo, Woody Allen vuelve realidad la fantasía absoluta del actor idealizado que sale literalmente de la pantalla para acompañar a una admiradora y dar relieve a su vida aburrida. En un estilo totalmente diferente, David Lynch transformó el mundo cinematográfico en un laberinto fascinante y espantador, sobre todo en Mulholland Drive e Inland Empire (Imperio).

Uno de los guionistas más aclamados de estos últimos años, Charlie Kaufman, autor de los brillantes ¿Quieres ser John Malkovich? y Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, tuvo la genialidad de representarse a él mismo y a un gemelo ficticio, ambos guionistas, en El ladrón de orquídeas. Nicolas Cage es a la vez Charlie Kaufman, guionista luchando para adaptar un libro para la pantalla grande y su hermano Donald Kaufman, quien encuentra el éxito al escribir su primer guión en un estilo demasiado hollywoodense para los gustos de su hermano. Sinécdoque, Nueva York, su primera cinta como director es otro “Objeto Cinematográfico No Identificado”, donde Philip Seymour Hoffman es un director de teatro que llega a confundir totalmente la vida real y el mundo ficticio de la obra que intenta poner en escena durante 30 años.

El próximo viernes podrán ver en los cines mexicanos Somewhere, la nueva obra de Sofía Coppola, ganadora del León de Oro en Venecia el año pasado. En esta película parcialmente autobiográfica, la hija de Francis Ford y prima de Nicolas Cage destroza el sistema hollywoodense y el arquetipo de la estrella de cine.

Hoy en día el cine sobre el cine es considerado por muchos como un género en sí, que ha ofrecido inspiración a cineastas con estilos y visiones muy diversas, dando la luz a obras maestras a través de sus reflexiones sobre el arte y la vida.



Publicado en Letras de Cambio el 9 de enero 2011

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